Con la mejor intención del mundo hice una poda "bestial" a mi hoya carnosa madre que ya rondaría los casi treinta años. O quizás los pasaba. Tan así que no le dejé ni una sola rama con hojas.
La explicación si no fácil, inteligible.
Las hojas se habían puesto muy tontas, mejor dicho, muy lacias y endebles y además se doblaban fácilmente.
El motivo lo tengo claro. Quizás el agua sobrante que expulsaba se quedaba en el plato de debajo de la maceta (para no caer desde un sexto piso a la calle) y unido a riegos muy frecuentes en la primavera y verano, eso me lo estuviera advirtiendo sin que yo le diera la mayor importancia, aunque también es cierto que he evitado que se llenara el plato. Y después de tantos años ya debería haber prestado más atención. Así que, con toda seguridad, raíces podridas y lamentable estado de las hojas. Por eso últimamente siempre digo que es mejor dejarla secas que regarlas en exceso. Lo primero tiene fácil solución. Lo segundo estáis viendo cual es.
Al podarla vi que las ramas maestras y principales estaban bien de salud pero dudaba que se recuperara.
Me olvidé de ella hasta el punto de no regarla y al cabo de mucho tiempo note como le salían nuevos brotes.
Si quieres leer esa historia pincha en el enlace siguiente
Molto interessante anche io ho fatto così con la mia australis che si è ripresa adesso ne ho una a radicare
ResponderEliminarMe alegro que te haya ido bien. Enhorabuena
EliminarQué buen articulo Pepe y qué útil.
ResponderEliminarQué buen articulo Pepe y qué útil.
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